Marbella – Ojén – El Juanar

Desde las calles soleadas de Marbella, la ruta se interna en la Sierra Blanca, ascendiendo entre curvas suaves y pinares mediterráneos. El paso por Ojén abre la puerta a un entorno más salvaje y montañoso, donde el ascenso a El Juanar regala silencio, sombra y vistas amplias hacia la costa.

Esta ruta circular de 45 km y 1.000 metros de desnivel es una excelente opción para los ciclistas que buscan una experiencia moderadamente desafiante. Comienza y termina en Marbella, y lleva a los participantes por los pintorescos paisajes de Ojén y El Juanar, en plena Sierra Blanca. La subida tanto de Ojén como de El Juanar son una de las principales dificultades de la ruta, pero se recompensa con unas vistas panorámicas impresionantes de la Costa del Sol. Es ideal para ciclistas con un nivel intermedio de resistencia y aquellos que deseen disfrutar de la naturaleza sin alejarse demasiado de la ciudad.

Marbella, punto de partida y llegada, es conocida no solo por su turismo de lujo, sino también por su historia que se remonta a la época romana. Durante siglos, fue un importante puerto comercial para los fenicios y los romanos. A lo largo de la ruta, especialmente en Ojén, se puede ver la influencia de las culturas moriscas que dominaron la región hasta la Reconquista. El municipio de Ojén fue un importante centro agrícola, especialmente en el cultivo de la vid, y fue clave en la expansión del comercio local. En El Juanar, se encuentra una de las principales cumbres de la Sierra Blanca, que fue utilizada como zona de pastoreo y refugio desde tiempos antiguos. El Juanar también es conocido por sus antiguos caminos de montaña, que permitían la comunicación entre los pueblos de la zona y la Costa del Sol. A lo largo de esta ruta, se observa una interesante fusión de naturaleza, historia y patrimonio cultural, creando un recorrido que va más allá del simple ejercicio físico.

A lo largo de esta ruta, los ciclistas pueden disfrutar de una gastronomía que combina lo mejor de la cocina tradicional malagueña con platos contemporáneos. Marbella, conocida por su lujo, alberga una gran variedad de restaurantes que sirven platos innovadores con ingredientes locales. En Ojén, los platos más típicos incluyen el “ajoblanco” (sopa fría a base de almendras) y la “sopa de picadillo” (una sopa de tomate y pan acompañada de huevo duro, cebolla y jamón). En la ruta se pueden encontrar algunos bares y restaurantes que ofrecen tapas como los «boquerones en vinagre» y las “migas” (un plato tradicional que se sirve en muchos pueblos del interior). El aceite de oliva virgen extra es un elemento fundamental en toda la gastronomía local, y en muchos de los restaurantes cercanos a El Juanar, es el protagonista de los platos más sencillos, como las ensaladas frescas o los gazpachos. Además, la miel de la zona es un ingrediente típico de los postres locales, como los roscos de vino o los «pestiños». Los ciclistas que se detengan en alguno de los pequeños restaurantes o bares de Ojén o Marbella tendrán la oportunidad de disfrutar de la esencia de la comida malagueña.

La fauna que se puede observar a lo largo de la ruta es variada y refleja la rica biodiversidad de la región. En los tramos iniciales del recorrido, cercanos a Marbella, es posible avistar aves marinas como gaviotas y cormoranes. A medida que la ruta se adentra en las montañas hacia Ojén y El Juanar, la fauna cambia, y los ciclistas tienen la oportunidad de observar especies propias del entorno montañoso, como cabras montesas, zorros, y conejos. En los bosques de pinos y encinas cercanos a El Juanar, los más observadores podrán ver jabalíes y corzos, aunque suelen ser más activos al atardecer y al amanecer. Las aves rapaces, como el águila real y el búho real, son comunes en la zona, especialmente cerca de las cumbres, donde los vientos favorecen su vuelo. Además, las zonas de vegetación densa, como las que rodean el río Ojén, son ideales para avistar pequeños mamíferos y roedores. El área también es conocida por ser el hogar de una gran variedad de mariposas y otros insectos que contribuyen a la biodiversidad de la región.

La flora que adorna esta ruta es típica del paisaje mediterráneo y montañoso. En los primeros tramos, cerca de Marbella, predominan los cultivos de vid y olivos, junto a las típicas especies de matorral mediterráneo como el romero, la lavanda, y la jara. A medida que se sube hacia Ojén y El Juanar, la vegetación cambia, con bosques de pinos y encinas que dominan el paisaje. Estos árboles proporcionan sombra y frescor a los ciclistas que se enfrentan a la subida. En las zonas más altas de El Juanar, la vegetación se vuelve más agreste, con arbustos como el acebuche, y especies autóctonas como el tomillo y la salvia, que emiten un fuerte aroma cuando se pisan. El paisaje de montaña también alberga una gran diversidad de plantas medicinales y aromáticas, que eran utilizadas por los antiguos habitantes de la zona. La flora que rodea los ríos y arroyos, como el río Ojén, incluye especies acuáticas como el aliso y la caña, que contribuyen a la belleza natural de la ruta. La riqueza florística de la zona, con sus variadas especies, proporciona un entorno único y fascinante para los amantes de la naturaleza y el ciclismo.

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Desde el Balcón de Europa, la ruta sigue la costa antes de girar hacia el interior. Tras cruzar La Herradura, el camino se vuelve más exigente y silencioso, ascendiendo hacia el Puerto de los Castillejos entre montañas, pinares y vistas abiertas al mar.

Desde las calles soleadas de Marbella, la ruta se interna en la Sierra Blanca, ascendiendo entre curvas suaves y pinares mediterráneos. El paso por Ojén abre la puerta a un entorno más salvaje y montañoso, donde el ascenso a El Juanar regala silencio, sombra y vistas amplias hacia la costa.

Desde el litoral junto al Parador de Golf, la ruta se aleja del mar para ascender por el interior. Entre campos y pueblos blancos, el trazado gana altura camino a Mijas, con vistas que alternan costa y montaña antes de regresar a Torremolinos.