Nerja – Puerto de los Castillejos

Desde el Balcón de Europa, la ruta sigue la costa antes de girar hacia el interior. Tras cruzar La Herradura, el camino se vuelve más exigente y silencioso, ascendiendo hacia el Puerto de los Castillejos entre montañas, pinares y vistas abiertas al mar.

Esta ruta circular con salida y llegada en Nerja ofrece un recorrido espectacular a través de la costa y la montaña. Con 60 km y 1.500 metros de desnivel, es un desafío exigente pero muy gratificante. Desde Nerja, el recorrido avanza por la carretera de la costa hasta Cerro Gordo y La Herradura, ofreciendo vistas impresionantes del Mediterráneo. La subida al Puerto de los Castillejos es el gran reto del día, con rampas exigentes que conducen a una panorámica privilegiada. El descenso de regreso a Nerja permite recuperar energías y disfrutar de la velocidad en un entorno idílico.

Nerja es un enclave con una rica historia que se remonta a la prehistoria, como lo demuestran las famosas Cuevas de Nerja, donde se hallaron pinturas rupestres de más de 40.000 años. Durante la dominación árabe, la zona floreció gracias a la agricultura y la pesca. La Torre de Cerro Gordo, que se encuentra en la ruta, es una antigua torre vigía del siglo XVI construida para proteger la costa de los ataques piratas.

La Herradura también tiene su historia marcada por el mar. En 1562, la bahía fue escenario de un trágico naufragio en el que una flota de la Armada Española quedó atrapada en una tormenta, perdiéndose numerosos barcos y vidas.

La cocina de esta ruta es una fusión de sabores del mar y la montaña. En Nerja, los pescaítos fritos y los mariscos frescos son protagonistas, con especial mención a la fritura malagueña. En La Herradura, se pueden degustar los tradicionales espetos de sardinas, cocinados a la brasa en barcas de arena. También destacan platos como el choto al ajillo, un guiso de cabrito con ajo, y el ajoblanco, una sopa fría a base de almendras. La repostería incluye dulces como los pestiños y roscos de vino, típicos de la tradición andaluza.

El paisaje de esta ruta combina vegetación mediterránea y litoral. En los acantilados de Cerro Gordo abundan especies como el palmito, el lentisco y el tomillo. En las zonas de media montaña aparecen extensos pinares y encinares, junto con arbustos como la jara y el romero. En primavera, la floración de especies como el almendro y la retama llena de color el camino. En la costa, los sistemas dunares presentan vegetación resistente a la salinidad, como la posidonia oceánica, vital para el ecosistema marino.

El recorrido atraviesa una rica biodiversidad. En los acantilados y montañas es común avistar cabras montesas y aves rapaces como el halcón peregrino y el águila real. En las zonas costeras, los delfines suelen aparecer cerca de la orilla. La Herradura es también un enclave clave para la fauna marina, con una reserva protegida donde habitan especies como el mero y la morena. En los bosques de pinos y encinas, se pueden encontrar zorros, jabalíes y una gran variedad de aves como el abejaruco y la curruca cabecinegra.

Desde Coín, la ruta se despliega hacia el norte entre campos y sierras. Tras atravesar pueblos llenos de encanto, se alcanza El Chorro, donde los cañones y el Caminito del Rey marcan el punto álgido de una jornada larga, montañosa y espectacular.

Desde las calles soleadas de Marbella, la ruta se interna en la Sierra Blanca, ascendiendo entre curvas suaves y pinares mediterráneos. El paso por Ojén abre la puerta a un entorno más salvaje y montañoso, donde el ascenso a El Juanar regala silencio, sombra y vistas amplias hacia la costa.

En pocos kilómetros, el ruido urbano se transforma en campo abierto. Las colinas suaves conducen hasta Almogía y, más adelante, el paisaje se vuelve más agreste en dirección a Villanueva, donde se asoma la silueta del Torcal entre olivares y montes solitarios.